Las últimas entregas del largo culebrón de la corrupción,
las cuentas en Suiza, los pagos en negro, el ático marbellí, la larga lista de
los Fabra, Baltar, Miguel Blesa, Rodrigo Rato nos han llevado a un punto de
máxima crisis institucional y pérdida de legitimidad del Gobierno y el Partido Popular
que lo sustenta.
En el período de máxima movilización social de las últimas
décadas la ciudadanía está dando pruebas de su generoso compromiso con la
defensa de nuestro modelo social. La Educación, la Sanidad, la Dependencia, los
derechos laborales, los servicios Sociales, la función pública, la cultura, los
bomberos, telemadrid…. Hemos salido a la calle una y otra vez con las mareas
ciudadnas, haciendo un enorme esfuerzo, porque sabemos que nos jugamos el
futuro.
La marea sube, con sus olas verdes y blancas, desborda
previsiones. Si el gobierno esperaba que nos cansáramos, ahora parece
ofrecernos una nueva oportunidad para unirnos en las calles y en las plazas con
un grito compartido #CorrupciónCero #SiSePuede
Esta tarde entorno a la calle Génova escucharemos un clamor
pidiendo la dimisión del Gobierno. Y Rajoy sigue desaparecido.
Todo parece una invitación a la insurrección ciudadana,
porque la marea sube y sigue subiendo y si no obtiene un cauce, se desbordará inevitablemente.
Cuando van a cumplirse 32 años del 23F, cuya superación
supuso la consolidación de la democracia frente al golpismo cuartelario,
estamos ante la mayor crisis institucional del régimen instaurado con la Constitución
del 78. Todas y cada una de las instituciones del estado sufren una gravísima
crisis de legitimidad por la confluencia del empobrecimiento generalizado de la
población y la pérdida de derechos por un lado y por otro lado el interminable
rosario de la corrupción.
Sube la marea ciudadana de la indignación
Pero el ataque que sufre la Democracia no viene ya de los
cuarteles, sino de los parqués de las Bolsas, los llamados mercados, el capital
financiero globalizado. La corrupción añade dolorosas guindas de esperpento a
lo que es toda regla un Golpe de Estado Financiero Global.
En 1981, salimos a la calle en defensa de la Democracia, la
Libertad y la Convivencia. En 2013 hay sobradas razones para confluir en las
calles y en las plazas en una gigantesca marea ciudadana que ponga los derechos
por encima de los mercados y la Soberanía Ciudadana por encima de una economía
especulativa y criminal.
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