En la Grecia clásica, la Democracia Directa estaba limitada a los ciudadanos, excluyendo a las mujeres, los jóvenes, los esclavos, los extranjeros, los comerciantes... En la Democracia Representativa, inicialmente, quedan excluidos, además de mujeres y jóvenes, los trabajadores, los iletrados, los pobres, etc.
El movimiento obrero, que surge con la Revolución Industrial, conquista los derechos políticos para los trabajadores, frente al Clasismo. El sufragismo logra el voto para la mujer, frente al Machismo del Patriarcado, que excluye a más de la mitad de la población. Sucesivamente, se amplian los derechos políticos de los jóvenes, bajando la mayoría, para poder votar a los 21 años, 18 años y hasta 16 años, en algunos casos. El movimiento de los derechos civiles en EEUU logra derechos para la comunidad AfroAmericana y cae, finalmente, el regimen Racista de SudAfrica. También se promulgan derechos de la infancia, aunque no obviamente el derecho al voto.
También es necesario mencionar la lenta ampliación de derechos de las personas migrantes de primera generación, como el voto en determinadas elecciones, si bien los migrantes siguen excluidos de la representación política y los migrantes sin papeles son excluidos de derechos universales básicos.
Desde el concepto de Ciudadanía Universal, Declaración Universal de los Derechos Humanos, defendemos el derecho de residencia, frente al derecho de nacimiento y, por tanto, los derechos políticos para todas las personas residentes en el territorrio, en este caso de la Comunidad de Madrid.
La Ecología Política introduce dos nuevas ampliaciones de la Democracia y de los Derechos. La Sostenibilidad implica también la Democracia Transgeneracional: las generaciones futuras, que aún no han nacido ni tienen voz, tienen derecho a heredar un Planeta habitable y la genereción presente la obligación de preservar Gaia. Como decía la Constitución de la Confederación de Tribus de los indios Iroqueses “cuando tomamos una decisión, debemos considerar las consecuencias que tendrá para las próximas 10 generaciones”.
Por otro lado, de la mano del Ecofeminismo y el Animalismo, aparece la Democracia de quienes no tienen voz y los Derechos de los Animales No Humanos, frente al Especismo y el Antropocentrismo.
El reconocimiento de los Derechos de los Animales, que obviamente no incluye el derecho al voto o a la Educación Pública, pero sí derechos básicos como el derecho a la vida y a la integridad física, el derecho a una vida saludable, el derecho a la libertad de movimiento y otros, nos lleva a rechazar la explotación de los animales como objetos, como productos de consumo. Rechazamos la propiedad sobre los animales. Los derechos de los individuos animales no humanos deben estar por encima del derecho del propietario humano. Rechazamos el maltrato animal, en todos los ámbitos: en espectáculos públicos como circos y plazas de toros, en “festejos” taurinos, basados en el fomento de la crueldad y la violencia contra el animal, como diversión o tradición. En modalidades de caza, como la caza con galgos, la barbaridad medieval de la caza del jabalí alanceado a caballo - que Castilla la Mancha quiere legalizar y promover -. Rechazamos el sufrimiento de los animales en las crueles investigaciones que realizan las empresas que producen cosméticos y otros muchos productos, infringiendo un cruel sufrimiento a individuos que sienten.
Apoyamos el Proyecto Gran Simio y, por tanto, los derechos de grandes primates: gorilas, chimpancés, orangutanes, humanos. Igualmente, rechazamos la crueldad y asesinato de cetáceos, la caza y la pesca de especies en peligro
de extinción o prácticas tan brutales como la amputación de la aleta a los tiburones, las matanzas de focas, de delfines, de ballenas. Respetamos y comprendemos el vegetarianismo y el veganismo y promovemos una alimentación más saludable, en la que debe reducirse el consumo de carne y de pescado. En particular, consideramos una barbaridad el sacrificio de crías para la alimentación (cochinillos, corderos, terneras, etc.) Rechazamos la cría y asesinato de animales, para ser desollados, a fin de usar su piel para vestirnos.
de extinción o prácticas tan brutales como la amputación de la aleta a los tiburones, las matanzas de focas, de delfines, de ballenas. Respetamos y comprendemos el vegetarianismo y el veganismo y promovemos una alimentación más saludable, en la que debe reducirse el consumo de carne y de pescado. En particular, consideramos una barbaridad el sacrificio de crías para la alimentación (cochinillos, corderos, terneras, etc.) Rechazamos la cría y asesinato de animales, para ser desollados, a fin de usar su piel para vestirnos.
Atención especial merece el papel del respeto a los animales, para una Educación en valores que rechace la violencia y promueva la empatía, la compasión y el respeto. Educar en el respeto a los animales es prevenir en el futuro actitudes violentas hacia otros seres humanos, ya sean mujeres, homosexuales, migrantes, etc. Una vez desarrollada la empatía hacia los animales no humanos, esta incluye necesariamente a los animales humanos por muy diferentes a nosotros mismos que los sintamos.
En nuestras comunidades y en nuestras ciudades, viven también cientos de miles de individuos que forman parte de nuestras familias, particularmente perros y gatos. Miles de familiares no humanos son abandonados todos los años. Nuestros niños de cuatro patas son seres totalmente dependientes. Rechazamos la venta y el abandono de animales domésticos, y promovemos la adopción. Los niños no se compran, se adoptan de forma regulada; también los niños de cuatro patas deben ser adoptados y, en ningún caso deben ser considerados como producto de consumo, mercancía, objeto de usar y tirar. Tenemos una responsabilidad hacia nuestros familiares no humanos, el maltrato y el abandono deben ser perseguidos y castigados. Es necesario un endurecimiento del Código Penal en el delito de maltrato animal. También son necesarias políticas municipales, para la lucha contra el maltrato y el abandono, con el objetivo de promover la adopción y alcanzar el objetivo de sacrificio cero.
Educar desde la infancia en el respeto a los animales, desarrollando la Empatía hacia aquellos que son más cercanos al niño, es un antidoto contra el desarrollo en la adolescencia y la juventud de actitudes violentas contra seres humanos, ya sean mujeres, migrantes, homosexuales o simplemente diferentes. La violencia contra los animales es inseparable de la violencia: contar las mujeres, contra los niños, contra el diferente. El amor y respeto a nuestros hermanos animales no humanos, incluye, obviamente, el amor y respeto, también hacia los animales humanos diferentes de nosotros. Existe una relación entre Machismo, Racismo, Clasismo y Especismo. La especie humana no es superior a otras especies animales. Somos animales. Nuestra realidad como individuos y como especie tiene una base animal que con frecuencia hemos olvidado. Respetando a los animales no humanos, nos respetamos también a nosotros mismos.
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