25.7.20

La verdadera izquierda y la familia




ya no se ni cuando escribí esto, parece anterior a la irrupción de Podemos. Lo publico ahora porque algunas reflexioines me arece que siendo válidas

Hace muchos años que perdí la fe por lo que los llamamientos a la "verdadera izquierda" como a la verdadera religión me dejan frío. Creo que tenemos muchas más preguntas que respuestas y desconfío de quienes sólo tienen respuestas de manual a veces con cierto aroma a naftalina. La innovación política me parece imprescindible en estos tiempos y los llamammientos a las esencias ideologicas me resultan estériles. Francamente creo que es más una cuestión de ética que de ideología.
La izquierda está cuestionada desde un amplio sector de la ciudadanía, en Madrid desde hace algunas décadas y con razones de peso. Las puertas giratorias, los EREs en Andalucía, hoy mismo imputaban a Narcis Serra y otros cuarenta y tantos consejeros de Caixa Catalunya. Pero problema no se resuelve diciendo que es que esa izquierda no es verdadera, que es la antigua socialdemocracia trasvestida y vendida al neoliberalismo. Porque Izquierda Unida, en menor proporción que el PSOE en razón a su menor cuota de poder ha participado en el mismo modelo de ocupación de las Cajas de Ahorro y otras instituciuones en función de su cuota y el desastre que ello ha supuesto.
Pero me parece que no es un problema de ideología si no de falta de ética. No creo que el problema de la socialdemocracia se resuelva volviendo a las esencias de una ideología nacida a finales del siglo XIX. Sí a la ética de aquella época, a sus valores y a su épica, pero no a su lenguaje ni a muchos de sus conceptos.La cuestión no es si sigue exsistiendo la lucha de clases o si o si el paradigma  del suicidio ecológico al que se dirige la humanidad es un conflicto aún mayor. El problema es que ya no existe un proletariado industrial como agente político. Y el "precariado" dificilmente puede convertirse en actor político si no es en alianza con otros muchos sectores sociales. Aunque una mayoría de la población suframos el empobreciemiento cada día, no es fácil articular una nueva mayoría social y política si no se hace una profunda reflexión sobre la falta de ética en la política incluida la izquierda a lo largo de los últimos treinta años. Conquistada la democracia y superado el 23F muchos creyeron que ya eramos ricos, eran los años de la beutiful people, cuando las elites socialistas coqueteaban con las elites fiancieras. Pero la oligarquía financiera que dominaba el pais en la Dictadura sigue siendo exactamente la misma que domina el regimen surgido de la Transición. Y la oligarquía financiera en este pais como en todos, siempre ha sido muy choriza, tal vez aquí más hortera, eso sí.
Yo comprendo que haya gente que siga creyendo en el socialismo a pesar de la Socialdemocracia y del Socialismo Real. A mí me resulta imposible. Ni creo que sea viable ni siquiera que fuera bueno ni me motiva lo más mínimo más allá de cantar viejas canciones un 25 de abril en Lisboa. Son los derechos ciudadanos y la propia democracia lo que está en juego, más allá del conflico social entre ricos y pobre, no digamos ya entre la burguesía y el proletariado. No hay nigún manual ni libro de instrucciones para encontar las respuestas en lo que es un cambio de época histórica. Lo que si hay son nuevas formas de organización social que permiten nuevas respuestas  y sobre todo una nueva manera de construcción social descentralizada. Precisamente lo contrario del centralismo democrático.