27.11.07
SONDEOS, MAYORÍAS Y MINORÍAS ELECTORALES
El sondeo de la Cadena Ser de ayer daba 7 puntos de ventaja a favor del PSOE sobre el PP en intención de voto. El último sondeo del CIS hablaba de una diferencia de 3 puntos. Sólo cuando termine el escrutinio el 9 de marzo sabremos cual es la realidad y el factor de la abstención será decisivo para determinar el margen entre ambos partidos. Pero todo hace pensar que Zapatero renovará su mandato y que la magnitud la mayoría socialista determinará tanto la política de alianzas en el Parlamento como la orientación del Gobierno en algunos temas.
En estas condiciones, que nadie nos hable de voto útil. El voto útil es aquel que mejor expresa las convicciones de cada elector electoral y que se transforme en representación política depende únicamente de la voluntad de los ciudadanos.
El voto verde es un voto útil y necesario.
Necesario para que el Gobierno que salga de las urnas afronte la lucha contra el cambio climático como una estrategia transversal que condicione la acción del Gobierno en todos ministerios. Necesario para reflejar el pluralismo político existente en la sociedad española que no se corresponde con la polarización entre los dos grandes partidos, favorecidos por un sistema electoral que amplía su porcentaje de diputados en relación al porcentaje de votos obtenido y perjudica a las minorías políticas de ámbito estatal.
Necesario para defender nuestros valores y nuestro futuro medioambiental frente a opciones desarrollistas que anteponen intereses empresariales a nuestra salud y nuestro desarrollo sostenible. Pensemos en la contaminación química en lugares como Huelva, la provincia con mayor índice de cancer y otras enfermedades, en la balsa de fosfoyesos reiteradamente denunciada por Greenpeace. Pensemos en la minería a cielo abierto que destruye los montes, el patrimonio natural y el futuro en lugares como el valle de Laciana en León, con el apoyo de PP, PSOE, IU y PAL. Pensemos en el proyecto de Refinería de petróleo auspiciado por la Junta de Extremadura que arruinará la comarca de Tierra de Barros haciendo caso omiso de la oposición de los vecinos. Pensemos en la contaminación en las ciudades y su perverso efecto sobre las enfermedades respiratorias en los sectores más débiles de la población.
Es hora ya de modificar la política de transportes y en consecuencia el Plan Estatal de Infraestructuras de Transporte del Ministerio de Fomento, estableciendo una moratoria sobre la construcción de grandes infraestructuras viarias. Si queremos cumplir con el Protocolo de Kyoto, reducir las emisiones de CO2, mejorar nuestra salud y nuestro medio ambiente, es imprescindible una masiva transferencia de la carretera al ferrocarril tanto en el transporte de viajeros como en el de mercancías. Madrid es ya el territorio con mayor número de autopistas por millón de habitantes en la Unión Europea y el segundo a nivel mundial, solo detrás de Singapur. Ya tenemos una excelente red viaria, ahora es necesario reducir el uso del coche, mejorar el transporte público –en particular las cercanías- y reducir el transporte de mercancías por carretera. Basta ya de permitir que nos vendan mentiras como los “coches ecológicos”, algo que no existe. Por más que la tecnología permita coches más eficientes y menos contaminantes, el incesante aumento de su número hace que en el balance final sigan creciendo las emisiones, por no hablar de la colonización del espacio público en las ciudades y de las agresiones a los territorios con protección medioambiental de autopistas, aparcamientos y demás infraestructuras asociadas al coche.
Y qué decir de los derechos de los animales. Un creciente sector de la sociedad española rechazamos la tortura y el asesinato de los toros en la mal llamada “fiesta nacional”, nos repugnan tradiciones que nada tienen que ver con la cultura, como el toro de la Vega. Estamos a la cabeza de Europa en el abandono de animales domésticos y la caza con galgos deja miles de perros asesinados, torturados y mutilados cada año. Es hora ya de abrir un debate público sobre todas estas prácticas que olvidan que los animales son seres que sienten, nos nuestros aliados, de los que dependemos para asegurar nuestro futuro, y no deben ser considerados como objetos de consumo, productos industriales o victímas de crueles espectáculos, sometidos a trato vejatorio y sufrimientos inecesarios. Pero no tienen voz ni voto y por eso Los Verdes queremos ser su voz en el Parlamento.
Lograr un 3% del voto y representación política para Los Verdes, particularmente en grandes circunscripciones como Madrid, es no sólo posible sino también necesario.
Los defensores de la Naturaleza y el Medio Ambiente y más aún Los Verdes, estamos en minoría. Pero es una minoría que crece y que no está dispuesta a que nuestra voz sea silenciada. En algunos lugares, como la ciudad alemana de Friburgo, ejemplo de ciudad sostenible, somos mayoritarios, en otros constituimos minorías capaces de condicionar las políticas públicas y lograr avance importantes y duraderos. La moratoria nuclear en Alemania, impulsada por ecologistas y verdes sigue vigente pese a la Grossen Koalition que gobierna actualmente.
La ecología es, como otros aspectos de la política, transversal a los partidos. Todos tienen su secretaría de medio ambiente. Pero ni el , PSOE ni IU y mucho menos el PP pueden ser considerados en modo alguno como partidos verdes. Ello no quita para que haya ecologistas convencidos en dichos partidos y entre sus votantes y hasta algunos animalistas. Crisitina Narbona es tal vez el caso más relevante –independientemente de la valoración concreta que hagamos de su gestión al frente del Ministerio de Medio Ambiente. Tengo algunos amigos de IU o socialistas que participan activamente en la defensa de la bicicleta y del tren como medio de transporte. La presencia de los Verdes en el Parlamento por decisión directa de los ciudadanos y no a través de pactos electorales es imprescindible para alcanzar el más amplio consenso posible tanto entre los partidos como en la sociedad, para que de una vez por todas nos tomemos en serio la lucha contra el Cambio Climático, la contaminación química, la degradación de nuestros ríos y montañas y del litoral. Si estamos en el Parlamento, la posición de quienes comparten nuestras propuestas desde otros partidos se verá reforzada. El voto verde es un voto útil y necesario.
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