26.11.14

Madrid, capital de la especulación urbanística




El vigente Plan General de Ordenación Urbana del Ayuntamiento de Madrid data del año 1997. Desde dicha fecha han sido muchas las modificaciones parciales que se han hecho con el fin de urbanizar todo el suelo disponible en término municipal alimentando así la burbuja inmobiliaria en los años en que España construía más viviendas que Francia y Alemania juntas. Algunas de estas operaciones siguen paralizadas en los tribunales.
En 2012 el Consistorio presenta un Avance para un nuevo PGOU, sin duda necesario para racionalizar el crecimiento descontrolado de la ciudad y dotarla de espacios para satisfacer sus necesidades sociales y medioambientales más allá de la pura especulación que ha guiado la política madrileña en las últimas décadas.
A fecha de hoy y ante la imposibilidad de aprobar un nuevo PGOU antes de las eleciones de 2015, el Ayuntamiento ha optado por seguir la política de aprobar modificaciones parciales del Plan con el fin de satisfacer los intereses del sector inmobiliario.
En una ciudad con 178.377 de viviendas vacias no parece que la construcción de nuevas viviendas sea precisamente una prioridad de la política municipal. Un nuevo Plan de Ordenación Urabana debería poner en valor el suelo disponible, no para la especulación delo sector inmobiliario sino para mejorar el trazado urbano aumentando zonas verdes y dotaciones sociales.
La Plataforma No a este Plan Urbanístico http://noaesteplan.wordpress.com/ de la que EQUO forma parte junto a otras organizaciones políticas, sociales y vecinales está desarrollando un “Mapa de los horrores” que recoje los numerosos pelotazos urbanísticos en marcha por toda la geografía del municipio.
Uno de los más escandalosos es al aprobado por el Pleno de Ayuntamiento el 26 de noviembre de 2014, que modifica los usos y la edificabilidad permitida en la zona que ocupa actualmente el estadio Vicente Calderón y la que ocupaba la fábrica de Mahou, un ámbito de 204.218 metros cuadrados situado junto al río Manzanares. El plan contempla la construcción de dos torres de 36 pisos y de otros ocho edificios de entre 7 y 22 plantas cada uno, con un número máximo de 2.000 viviendas.
Meses atrás se aprobó el Plan Canalejas, tras la suspensión por parte de la Comunidad de Madrid de la protección histórico artística de los edificios singulares situados en las calles de Sevilla y Alcalá. El proyecto prevee la construcción de un centro comercial y hotel de lujo, incluyendo cuatro plantas de aparcamiento subterráneo, incentivando así la entrada el centro histórico de más automóviles lo que contardice las estrategias para la mejora de la calidad del aire en la ciudad.

Cuando se cumplen 95 años de la inauguración del Metro, la piqueta amenza las Cocheras históricas de Cuatro Caminos, obre del arquitecto Antonio Palacios. Lejos de atender a la petición de declaración de Bien de Interés Cultural de este patrimonio como se reclama desde diversos ámbitos, el terreno ha sido ya subastado para la construcción de una torre de 25 plantas y otros dos edificios de 7 de viviendas de lujo. Todo ello en un distrito, Chamberí,  que con 151.000 habitantes no tiene ni un solo parque público y es deficitario en dotaciones deportivas y sociales.
En la Plaza de España, se ha procedido a la desprotección del Edificio de España tras su compra por el inversor chino Wang Jianin y está pendiente de aprobación una nueva modificación del PGOU que permitirá la remodelación de la plaza, con la tala de la mayor parte de su arbolado y la ampliación de las plazas de aparcamiento  y centro comercial subterráneos, para satisfacción de los hoteles previstos en el entorno.
El Ayuntamiento de Madrid aprovecha los meses que quedan para el inevitable cambio político en el gobierno de la Ciudad, para seguir favoreciendo a las empresas constructoras modificando el Plan General y privatizando los espacios públicos disponibles que quedan en el término municipal. Es una política de hechos consumados que hurta a la ciudadanía el imprescindible debate y participación en el diseño de la ciudad.
Paralelamente de venden a fondos buitres las viviendas de protección social contribuyendo así al desahucio de miles de familias que se quedan en la calle. O se modifica el uso de cines y teatros para reconvertirlos en tiendas de ropa. La Gran Via, eje cultural durante décadas se transforma así en espacio pensado exclusivamente para el consumo, donde las plazas y las calles no son más que la transición entre una y otra tienda.

Madrid necesita un nuevo Plan General de Ordenación Urbana, sí, pero pensado y decidido desde los barrios y los distritos, desde las necesidades reales del vecindario. Un plan que recupere la ciudad y el espacio público para las personas, para la cohesión social, para la creatividad y la imaginación colectivas, para la recuperación y conservación del patrimonio histórico y cultural. No necesitamos rascacielos de viviendas de lujo ni centros comerciales para la jet set internacional. Necesitamos limpiar esta ciudad en todos los sentidos. De la contaminación que causa miles de muertes prematuras por enfermedades respiratorias y cardiovasculares. De la especulación que se apropia de los bienes comunes para ponerlos al servicio de los intereses de una minoría. De la corrupción que hipoteca nuestro futuro y nos condena al empobrecimiento a la mayoría. Reivindiquemos nuestro patrimonio común frente a su subasta a los buitres del mercado. Todos esos proyectos de lujo y especulación sólo nos dejarán más contaminación, más pobreza y más perdida de nuestra identidad cultural y calidad de vida.